¿Trabajar con diseñadores gráficos?
Cliente:
Laintersección.net
Tácticas de investigación y metodologías:
Año:
2021
Este texto es la segunda parte de una serie publicados en LaIntersección.net que tiene como objetivo facilitar la colaboración entre diseñadores y personas que se dedican a la comunicación social. Si aún no has leído la primera, está aquí: «Lo que debes considerar antes de empezar a trabajar con profesionales del diseño».
Una vez que tengamos claro que queremos trabajar con un profesional del diseño, hay que considerar que un diseñador es, ante todo, una persona. Cuando a una persona se le pide que haga una tarea o incluso toma la iniciativa para realizarla, debe definir qué es lo que va a hacer y para qué. Tal vez este no sea un proceso sofisticado, puede ser algo tan cotidiano como decidir ir al mercado a por tomates para comerlos en unas tostadas. Exactamente lo mismo ocurre cuando tenemos a un o una diseñadora gráfica: necesita saber qué y para qué. El reto aquí es que el diseño, específicamente el gráfico, tiene procesos que pueden parecer poco intuitivos para otras áreas. Así que a continuación vamos a ver algunas sugerencias para buscar a un profesional del diseño, cómo hacer el primer contacto y algunas herramientas para entendernos mejor.
¿A quién contacto?
Para encontrar a un diseñador gráfico, puedes buscar en internet, preguntar a colegas o amigos si conocen a alguien o incluso publicarlo en tus redes sociales. El punto inicial a considerar cuando buscamos a un diseñador gráfico es lo alineado que está con nuestro proyecto. Básicamente, se trata de conocer qué tanto compartimos valores y cultura. Una forma para conocerle mejor es revisar sus trabajos anteriores, que normalmente tendrá recopilados en un portafolio. Si no lo encuentras fácilmente en su web o redes, contáctale para pedírselo.
En un portafolio de diseño gráfico usualmente ves el tipo de trabajo por el que la persona siente más motivación. También puedes buscar si se ha involucrado en proyectos sociales para conocer sus intereses. Adicional a los valores y la cultura, toma en cuenta las necesidades básicas de tu proyecto. Por ejemplo, si has identificado que requieres herramientas de edición de vídeo e ilustración, asegúrate de que en su portafolio se expongan trabajos que las incluyan.
Si lo que necesitas está reflejado en su portafolio, ¡enhorabuena!, esa persona es una gran candidata para tu proyecto. Puedes pedirle una reunión. De lo contrario, lo más cuidadoso será continuar con la búsqueda.
Cómo evaluar si un portafolio es bueno
Una clave será cuestionar nuestras propias ideas preconcebidas. Muchas veces vemos un diseño y decidimos si nos gusta o no nos gusta estéticamente. Pero la idoneidad del diseño depende de su funcionalidad, como hemos mencionado antes. Se puede dar el caso de que el diseño de un cartel no te agrade, ¿pero funciona? Tal vez no esté destinado a ti, tal vez quiere comunicarse con un grupo completamente distinto al que perteneces, tal vez está pensado precisamente para que te incomode (y así reacciones en redes y contribuyas a hacerlo viral), tal vez tiene una estética que busca parecer barata o responsable socialmente o cualquier otro factor de atracción. En este sentido, siempre hay que preguntarse: ¿funciona para el objetvo para el que fue hecho?
«La gente no recuerda lo que les dijiste, recuerda cómo les hiciste sentir», dijo alguna vez Maya Angelou. Esta es la base de la funcionalidad –e incluso la belleza– del diseño gráfico. Ambas perspectivas, los objetivos para los que han sido diseñados y cómo pueden hacer sentir a las personas a las que están dirigidos, pueden ser útiles para evaluar los trabajos incluídos en un portafolio.
¿Qué preguntarle a un diseñador en una entrevista?
Después de revisar los portafolios, puedes ser que haya más de un perfil interesante. Lo usual es concertar una entrevista para conocerse mejor y plantear el proyecto. En esta etapa será importante poder explicar el proyecto en lo general, así como las fechas estimadas y lo que se espera concretamente del diseñador. Puede ser que le pidas que se sume desde la creación de la estrategia o para que desarrolle material gráfico específico que ya habéis determinado en tu organización.
Por otro lado, preguntarle sobre sus intereses, su especialidad o área de experiencia puede ser clave también para que te cuente como cree que sería mejor abordar el proyecto según su perspectiva. El mundo del diseño gráfico es muy amplio, por lo que es fácil encontrar más de una forma de resolver un proyecto.
Recuerda trasmitirle las necesidades del proyecto de forma clara: desde los tiempos y el presupuesto, hasta como esperáis que se implique y los materiales o resultados que esperáis obtener. La idea principal aquí es que podáis llegar a un acuerdo sobre la mejor alternativa para llegar a los objetivos que os hayáis marcado.
¿Qué puedo solicitar a los candidatos antes de decidir con cuál trabajo?
Hay una práctica poco ética: solicitar a varios diseñadores que hagan materiales para escoger entre ellos. Los concursos de diseño precarizan porque algunas de las personas que invierten tiempo y esfuerzo no recibirán nada a cambio. Esperamos que optes por una opción mejor: solicitar una propuesta general de trabajo.
Para solicitar la propuesta de trabajo, es necesario que cuentes tu proyecto, expliques la estrategia, definas los tiempos y aclares lo que esperas recibir de esta colaboración. Los diseñadores que quieran trabajar contigo te devolverán una propuesta de trabajo, es decir, un documento que incluirá un cronograma con fechas de revisiones, de entrega, el tiempo total para ejecutar dicho proyecto, un presupuesto, los insumos o materiales que se esperan de tu parte y toda la información que consideren pertinente. Cuando te llegue la propuesta, por supuesto, podrás hacer sugerencias para llegar a un acuerdo.
Briefings claros, diseños funcionales
Una vez elegida la persona con la que vamos a trabajar, necesitamos contarle con mayor detalle qué es lo que queremos. Llegó el momento de hacer el briefing (también conocido como brief). Un briefing no es más que un documento preciso sobre el proyecto y las tareas creativas. Suele ser elaborado por el solicitante de la tarea o proyecto. Si es la primera vez que vais a trabajar juntos o si es un pedido complejo, lo ideal será explicar este documento en una reunión conjunta. Allí seguramente surgirán dudas y se pueden integrar ideas, sugerencias o actualizaciones por parte del diseñador (o diseñadores o equipo creativo). Es más, puede que quieran realizar un contrabriefing, una nueva versión del documento, como propuesta para integrar su perspectiva creativa al proyecto. El documento final refleja el acuerdo al que se llega.
Desde nuestro rol nos tenemos que preocupar y ocupar en definir lo más claro y concisamente que podamos el qué y para qué. De esta forma el o la diseñadora puedan proponer con seguridad un cómo. Además, el briefing nos servirá para definir el objetivo alcanzable, a qué nos comprometemos por nuestra parte (entrega de insumos, revisiones, aprobaciones, etc.), a qué se compromete el o la diseñadora, los entregables y las fechas. Así, el briefing será nuestra herramienta clave para solicitar algún cambio y justificarlo a partir de lo establecido. En otras palabras: con briefings claros, conseguimos diseños funcionales. No hay ningún otro truco. Y casi todas las campañas que vemos están diseñadas sobre esta herramienta fundamental en el proceso creativo.
Sabemos que este tema del briefing y contrabriefing es central y nos da para profundizar mucho, así que en la siguiente entrega entraremos más en detalle. Incluye ejemplos de briefings y plantillas que podrás utilizar para tus proyectos. Puedes consultarla siguiendo este enlace.
Encontrar a alguien de diseño alineado con nuestro proyecto y trasladarle la información destacada es un reto más dentro del proyecto. Entendemos que la realidad es compleja, que muchas veces trabajamos a contrarreloj y con muchas puertas abiertas al mismo tiempo, pero descuidar esta parte se suele ver directamente reflejado en la comunicación de nuestro proyecto. Es normal que a veces nos cueste ser claros con el qué y para qué, pero la práctica y paciencia nos dan herramientas para mejorar cada vez.